El Queso Manchego, cada vez más reconocido y apreciado, es nuestra mejor bandera.
La producción de Queso Manchego ha alcanzado su máximo histórico en el año 2020 y pretende seguir creciendo durante este 2021.
Aunque es bien sabido que ya desde la Edad de Bronce existen vestigios que demuestran la elaboración de quesos, es entre los siglos XI y XIII donde se asientan los pilares de lo que es hoy la principal industria manchega.
Era La Mancha por entonces una inmensa tierra fronteriza con una población muy escasa. Por eso, los monarcas castellanos cedieron tierras y pastos a colonos procedentes del norte, para asegurar los territorios reconquistados.
Fue sobre todos el Rey Alfonso X El Sabio, el que se ocupó, entre otras muchas cosas, de favorecer el asentamiento de nuevos colonos en toda Castilla la Nueva. El monarca fundador de Ciudad Real, además favoreció la creación del “Honrado Concejo de la Mesta de Pastores”, y de las cañadas para la trashumancia, que deberían medir “seis sogas de cuarenta y cinco palmos”, unos 75 metros. Para el sustento de la población y para mantener el comercio con otros reinos y regiones.
En el siglo XIII la excelente lana de Castilla se vende en lugares como Inglaterra, Francia, Flandes o Florencia.
Es fácil entender que, la necesaria repoblación se basó, sobre todo, en la economía ganadera, y fue la oveja manchega la que articuló y realmente ocupó las tierras recuperadas al Islam.
Desde el Valle de Alcudia, hasta los Campos de Calatrava o de Uclés, las Ordenes Militares gestionaron el territorio con castillos y poblaciones con la mirada puesta en el aprovechamiento de los pastos y el movimiento de los ganados y de las tropas.
Ya entonces, surgen las llamadas “mestas”, que fueron lugares en los que se reunían los pastores para tratar sus asuntos y aclarar conflictos. Pastores que, con el excedente de su leche, elaboraban ya sus quesos para comerciar con ellos y mejorar sus economías.
Mucho tiempo después, sobre todo en la segunda mitad del siglo XX, la gran aceptación de los quesos manchegos, dio lugar a la actual y moderna industria quesera, que muestra todo el saber hacer y la tradición de tantos siglos.
En la actualidad, la mayor parte de las marcas de queso manchego, se han creado de manera casi espontánea. Generaciones de pastores y ganaderos, dueños de pequeñas y medianas explotaciones, han venido elaborando sus propios quesos con el mismo fin y de la misma manera secular que aquellos primeros repobladores.
Marcas de queso que hoy compiten a nivel mundial, y ya han ganado el mercado de Estados Unidos, donde destinan una tercera parte de su producción, pero que se forjaron alumbradas por una tradición milenaria.
Ejemplo de estas marcas son los Quesos Dehesa de Zacatena. Su nombre habla de tiempos de la Orden de Calatrava, asentada en el vecino castillo ciudad de Calatrava la Vieja y que, como dueña de la Dehesa, arrendaba sus ricos pastos como fuente principal de sus ingresos.
Marcas como Ojos del Guadiana o Quesos Portezuelo, nacen como extensión de lo que fue primero: el pastoreo de la oveja manchega. Ojos del Guadiana se crea en forma de cooperativa de pequeños ganaderos, portadores del saber hacer de muchas generaciones.
La pasión por la ganadería y por la pureza genética da lugar a la marca Quesos Portezuelo. Una pequeña quesería, modélica en todos sus procesos de producción.
Quesos Don Apolonio llevan en su etiqueta el inconfundible y genuino rostro del abuelo Apolonio, orgullo de sus hijos y nietos. Don Apolonio es el ejemplo vivo de lo que significa el queso manchego: de humilde pastor a dueño de una de las marcas mas reconocidas y apreciadas de España.
Fuente: Francisco Ruiz Gómez. La Mancha en el siglo XII: Sociedades, Espacios, Culturas. 2006. Universidad de Castilla-La Mancha.
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